domingo, 7 de noviembre de 2010

¡Me gritan cachudo!

Alfonso Puclia Polo es el hombre que ha desatado un verdadero revuelo en el mundo católico al difundir el video de un sacerdote teniendo relaciones sexuales con una mujer. Puclia es, en efecto, un personaje más de esta escandalosa historia, pero no uno cualquiera, sino uno con un papel protagónico. Además de ser él quien grabó la escena, es también el esposo de aquella mujer, la misma que aparece debajo de las sábanas con José Antonio Bohuytron Solano, el religioso de la parroquia Medalla Milagrosa de la urbanización San Andrés.
Se ha convertido también en el “verdugo” del sacerdote –por decirlo de algún modo–, al causar, con la publicación del material fílmico, la inmediata suspensión del religioso que fue ordenado hace 25 años  por el Papa Juan Pablo II en su histórica visita al Perù.
Puclia asegura que grabó el video el 14 de septiembre, a la 1.30 p.m. Hasta ese momento, tenía solo sospechas de la infidelidad de su esposa, pero aquella tarde decidió por fin sacarse el clavo y encarar la situación.
Resulto a terminar de una buena vez con las dudas que le agobiaban, consiguió la cámara (un amigo se la prestó –dice- y le enseñó cómo usarla), se armó de valor y recorrió la parroquia buscando a su mujer. Y así fue como la encontró, en la recámara de Bohuytron Solano.
Lo que llama la atención (y despierta suspicacias) es que haya esperado recién hasta noviembre para hacer pública la denuncia. En el video, él mismo le dice al sacerdote que iba a acusarlo ante las autoridades eclesiásticas; sin embargo, no lo hizo. ¿Qué pasó durante todo este tiempo? ¿Acaso es cierto que le pidió a Bohuytron el pago de 90 mil soles? ¿Publicó el video porque no hubo acuerdo?
En esta entrevista, él mismo da entender que así fue. Explica, además, que cuando descubrió a su esposa en la cama del cura, empacó su ropa y se aprestó a marcharse de casa; pero ella le pidió perdón, y él, confundido, dolido, pensando en sus niños, desistió de la idea de irse y continuar con su matrimonio, a pesar de que esa decisión haya causado que sus amigos lo critiquen duramente… y que en el calle le griten “cachudo”.
  -¿Cuándo empezó a sospechar que su esposa le era infiel?
En enero, más o menos.
-¿Qué hacía ella para que usted dude?
Cambió, dejó de ser la misma. No quería que me le acerque. Me ignoraba y se iba a la parroquia, según ella a limpiar. Pero cuando la buscaba allí, no la encontraba.
 -¿Y desde un primer momento usted sabía que le era infiel con el sacerdote?
Sí, porque cada vez que ella entraba a la habitación de él, cerraban la puerta. Ella decía que iba a pedirle algo y se encerraban. Se quedaban dentro.
-¿Por qué entraba ella en la habitación?
Para pedirle detergente… para la limpieza…
-¿Siempre lo hacía?
Casi siempre; después de almuerzo se metía allí con él.
-¿Y por qué no le reclamó?
Porque no tenía pruebas… quería encontrarlos.
-¿Quién le prestó la cámara?
Un amigo; él me enseñó cómo usarla.
-Cuando grabó el video, ¿usted ya sabía que su esposa estaba embarazada?
No, me enteré  después. Ella me lo dijo.
-En el video, ud. le dice al sacerdote que iba a denunciarlo de inmediato. ¿Lo hizo?
No, no lo hice.
 -¿Y por qué no lo denunció?
Yo pensaba que me iba a dar mi tiempo de servicio.
 -¿Ud. también trabajaba en la parroquia?
Era guardián. Vivía allí con mi esposa y mis niños, en un ambiente que nos dieron.
-¿Desde qué tiempo era guardián?
Desde 1995.
 -¿Prefirió el pago de su tiempo de servicio a denunciar al sacerdote por lo que le hizo?
Quería que me dé mi tiempo de servicio.
-¿Después de la grabación del video, habló con el sacerdote?
En una ocasión.
-¿Y cuánto le pidió por el tiempo de servicio?
No sé, no llegamos a decir una cantidad.
-Pero cuánto pensaba usted que era lo justo.
No sé.
-¿Qué habló entonces con el padre?
Le dije que si voy a salir que sea “bonitamente” (bien).
-El video se grabó en septiembre y se difundió recién en noviembre; esa demora es usada por la defensa del sacerdote para argumentar que usted, durante todo este tiempo, lo estaba extorsionando.
Yo estaba con mi abogado… él me dijo que se iba a arreglar.
-Querían llegar a un acuerdo, entonces.
Sí.
 -¿El acuerdo implicaba que usted no iba a difundir el video?
Mi abogado me dijo que iban a hablar, pero él (el sacerdote) no dio la cara.
-En resumidas cuentas, el padre le pagaba su tiempo de servicio y usted no difundía el video
Así es.
-Y él no le dio el dinero y usted lo difundió.
Mi abogado vio ese asunto.
-¿Quién le sugirió la difusión del video?
Mi abogado.
-El sacerdote asegura que le han tendido una trampa.
Él dice así, pero cómo va a ser una trampa. Cómo voy a decirle a mi esposa que se preste de ese modo.
-Ahora, pasando a otro tema, por lo que hemos notado, usted sigue viviendo con su esposa.
Sí.
  -¿La ha personado?
Sí, pero no del todo… aún estoy confundido.
-¿Qué le dijo ella después de verla con el sacerdote?
Yo estaba por irme de mi casa, pero me explicó que lo hizo porque él la obligaba. Le decía que si no hacía eso, la sacaría de la parroquia… por eso que no me contó nada al principio.
-¿Qué tiempo tiene de convivencia con ella?
17 años.
 -¿Perdonaría al sacerdote por lo que ha hecho?
No. Yo confiaba en él, porque era sacerdote… pero me hizo esto. Para mí todos los curas deben de ser iguales. Será raro que cumplan lo que manda la iglesia.
-¿Cómo ha cambiado su vida desde la difusión del video?
Me siento mal… mis amigos me señalan, dicen que esa mujer no me merece, que soy un tonto por haberla perdonado… es doloroso, porque hasta me dicen cachudo.

FUENTE: SATELITE

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Si ante los ojos de Dios y de este pueblo indignado,
no se puede llegar mas. Que somos gobernados
por corruptos e inmorales, Que se rejugian en leyes falaces,
para no ser juzgados. Entonces digo yo: por que han de callarme,
por que han de amordasarme, si no es delito decir la verdad.

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