El accidente -añadió- pudo haber ocurrido con algún vehículo formal de alguna empresa, pero la diferencia está en que los gastos del sepelio de los fallecidos hubieran sido asumidos por el SOAT. Los deudos habrían recibido algún tipo de indemnización para empezar de nuevo, pues al fallecer alguien, se interrumpe todo un proyecto de vida familiar. Mi invocación a Polcar es que los vehículos de transporte público autorizados deben estar identificados con algunos tableros y es muy fácil identificar al informal con solamente detener los vehículos, como constantemente lo hacen, y solicitarle las tarjetas de circulación. Muchos vehículos no están autorizados para brindar el servicio público, y sus conductores deben ser sancionados para obligar a aquellos transportistas informales a que se formalicen y puedan tener un SOAT para el servicio público. Algunos están utilizando el SOAT particular y brindan servicio público, cuando ocurra un accidente eso no va a servir para nada, comentó.
Los fallecidos residían en Ciudad de Dios, Pakatnamú y Zapotal y fueron: Segundo Jesús Mendo Quiroz, Pedro Martínez Bautista, Yolanda Ayala Vásquez y Teonila Baltodano Guarniz.