jueves, 31 de mayo de 2012

Acceso a redes sociales en el trabajo no es contraproducente



Desde un punto de vista de la lógica formal, para algunos actores empresariales, la distracción del acceso a internet en el trabajo y a las redes sociales, con fines distintos a las actividades propias de las labores habituales, es considerada contraproducentes para el cumplimiento de metas y objetivos por su aparente impacto en la disminución de la productividad.

En esta lógica, en el mundo, de acuerdo a estudios efectuados por entidades que se ocupan de los aspectos y conductas laborales, la distracción de los trabajadores cuando éstos ingresan, en horas de trabajo a internet y uso de las redes sociales, incidiría en una baja de los índices de productividad empresarial; razón por la cual en un porcentaje aún significativo de empresas, se bloquean el ingreso a los correos particulares, páginas web diversas, a los mecanismos del chat, y en los últimos años, a las aplicaciones web, como el twitter, facebook, youtube, entre otros, que permiten la existencia de las redes sociales o comunidades virtuales, de difícil cálculo de cantidad de adeptos.


Para quienes, hemos nacido en la era de la preinformática, pero que pugnamos por lograr su acceso, esto es, para quienes no podemos considerarnos como “nativos informáticos” o de la “era informática”, el abordar este tipo de temas podría conducirnos a errores e imprecisiones de conocimiento, de tan valiosos mecanismos y herramientas informáticas que nos brinda la internet o la denominada “Red de Redes”, red que no sólo interconecta computadoras, sino que interconecta redes de computadoras en el ámbito mundial y cuyos adelantos tecnológicos se muestran como vertiginosos en campo de las tecnologías de la información y la comunicación.

Es indudable que la informática y básicamente la internet, ha revolucionado la información y comunicación humana, en proyecciones inimaginables de desarrollo tecnológico y el conocimiento. En este espectro el uso masivo de pcs, de la telefonía móvil, las telecomunicaciones en su conjunto, vienen impactando de diverso modo en las distintas esferas del comportamiento humano. Es así, que cada día, esta gran red estructurada de las tecnologías de la información y comunicación, va sumando progresivamente cada vez más a grandes sectores poblacionales; originando asimismo su uso, la alteración de las conductas individuales y colectivas como es el caso de la “Nomofobia”, que se traduce en miedo de no portar el celular o teléfono móvil. 

Pero volviendo al caso, que hoy nos ocupa, según informes de estudiosos del tema: “Bloquear el acceso a la red social en el trabajo resulta irrisorio porque los empleados pueden conectarse desde sus smartphones”; además, el hecho de realizar jornadas extensas e intensas de trabajo, como las que se experimenta en un número considerable de empresas, el poder tener la posibilidad de la comunicación virtual, con la familia, los compañeros o amigos, permite mitigar los efectos del stress y del cansancio físico y mental.

Un estudio publicado por la consultora global AT Kearney, que tiene filiales en varias ciudades del mundo, refiere que la condescendencia empresarial de muchos ejecutivos, de permitir el ingreso, en horas de trabajo al internet y específicamente a las redes sociales, no es contraproducente, sino mas bien facilita que éstos se “mantengan felices”; en una dinámica de cambios sustantivos de los comportamientos laborales, producto del impacto de las tecnologías de la información y comunicación. 

Es natural que todo cambio, indiscutiblemente, genere de inicio, una gran oposición, con posturas controlistas de los ejecutivos y el bloqueo o corte de determinados mecanismos o herramientas informáticas de relax, información o simplemente comunicación social. No obstante, en esta era de la informática, en la perspectiva de la sociedad del conocimiento, estos cambios irreversibles, tienen que estar a tono con los nuevos comportamientos de la fuerza laboral, en sus centros de trabajo y sus entornos sociales, así como de nuevas políticas de gestión de personal; a riesgo, de no hacerlo u obstaculizarlo, frenar la dinámica empresarial, en un mundo sumamente competitivo, pero no robotizado, sino que clama calidez humana. En esta época de cambios sustanciales: ¡Ya no podemos nadar contra la corriente!

PALABRAS.....

Si ante los ojos de Dios y de este pueblo indignado,
no se puede llegar mas. Que somos gobernados
por corruptos e inmorales, Que se rejugian en leyes falaces,
para no ser juzgados. Entonces digo yo: por que han de callarme,
por que han de amordasarme, si no es delito decir la verdad.

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SALUDOS.....



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